Aumento de la productividad en el sector de la construcción

La productividad es una medida que indica la cantidad de recursos que se convierten en el producto deseado, y puede medirse en términos financieros o en unidades de trabajo. Cuanto mayor es la productividad, más eficaz es una organización a la hora de convertir sus recursos en productos resultantes de la producción de una empresa. Lamentablemente, el sector de la construcción no tiene una buena puntuación con respecto a estas métricas.

Las estadísticas del sector de la construcción muestran que va por detrás de otros sectores en cuanto al valor añadido en bruto real por hora de trabajo. Por ejemplo, la productividad en la industria de la fabricación aumentó un 96 % entre 1995 y 2014. En cambio, la productividad en el sector de la construcción solo mejoró un 21 % en el mismo periodo. Según un informe de McKinsey, si la productividad de este último sector tuviera que mejorar un 50 % más, su valor añadido aumentaría en 1,6 billones de dólares.

El análisis detallado proporciona más información sobre los índices de productividad estándar en la industria de la construcción. Además, solo un tercio de los proyectos de construcción se ajustan a los presupuestos previstos y aún menos se completan en el plazo establecido.

Hay varios factores que afectan a la productividad del sector de la construcción: la falta de planificación, los cambios en el alcance del trabajo durante el proyecto y la comunicación son factores que influyen. Sin embargo, también hay una influencia significativa asociada al suministro eléctrico in situ y el uso eficiente de los equipos.

La fiabilidad de la red eléctrica influye considerablemente en la eficiencia de las obras y la gestión de las fuentes de energía móviles. Lamentablemente, la red eléctrica no suele ser fiable en absoluto en las obras y, sobre todo, en las zonas rurales. La mayoría de los grupos electrógenos transportables utilizan combustible diésel como fuente de energía, y su consumo varía en función de las condiciones de la obra. La gestión de las existencias de diésel disponibles en la obra es todo un reto debido a la fluctuación de la demanda y los costes asociados al almacenamiento de grandes volúmenes. La escasez de combustible también puede obstaculizar la actividad de la construcción y limitar la productividad en la obra.

Las obras experimentan picos de demanda de energía cuando los equipos se ponen en marcha. Una vez que los equipos funcionan con normalidad, la demanda de energía se reduce considerablemente. Sin embargo, la naturaleza de la actividad de la construcción requiere que los distintos equipos se pongan en marcha en distintos momentos del día, lo que da lugar a varios picos de energía. Los grupos electrógenos diésel deben estar adaptados para satisfacer estos picos de demanda en la medida de lo posible. Esto se suma a los costes de construcción, ya que el generador funciona a niveles de demanda mucho más bajos durante la mayor parte del día. Además, la puesta en marcha de algunos equipos puede retrasarse debido a la gran demanda de energía en otras aplicaciones, lo que provoca retrasos en el trabajo y una menor productividad en la construcción.

La actividad de la construcción depende de muchos equipos que deben estar disponibles para su uso y funcionar eficientemente en cualquier momento. Los grupos electrógenos diésel se encuentran entre los más importantes. Si un generador se avería, otros equipos también se verán afectados. Para maximizar la fiabilidad del generador, el equipo debe funcionar normalmente en el punto operativo óptimo. Sin embargo, esto es difícil de conseguir en una obra, ya que el generador suele estar adaptado a los picos de demanda y no a las operaciones habituales. Esto conlleva un mayor mantenimiento y una disponibilidad reducida, lo que provoca una menor productividad en la obra.

Las soluciones de almacenamiento de energía utilizan la tecnología de baterías de iones de litio para almacenar energía para su uso posterior. Además, se pueden recargar con grupos electrógenos diésel que tengan capacidad de reserva o con fuentes de energía renovables, como los paneles solares.

Las soluciones de almacenamiento de energía pueden resolver muchos de los desafíos de productividad de las obras descritos anteriormente:

• Las baterías de iones de litio tienen unos requisitos de mantenimiento bajos.
• Las soluciones híbridas se fabrican a partir de sistemas de almacenamiento de energía, y los grupos electrógenos diésel aumentan la productividad durante los picos de demanda al compensar el suministro adicional del almacenamiento de las baterías.
• El uso de sistemas de almacenamiento de energía en una solución híbrida también puede reducir el tamaño del grupo electrógeno diésel, lo que se traduce en menores costes operativos y equipos más fiables.
• La gestión inteligente de la carga puede ayudar a las empresas de construcción a maximizar las ventajas de las soluciones de sistemas de almacenamiento de energía.

Además de las consideraciones relativas a los equipos y la energía, hay otros factores que pueden contribuir a mejorar la productividad en el sector de la construcción. Los cambios en el alcance del proyecto repercuten negativamente en la productividad. Por lo tanto, las fases iniciales de diseño y planificación son fundamentales para garantizar el éxito de un proyecto. La industria de la construcción también ha tardado en adoptar las nuevas tecnologías, por lo que este sector se encuentra atrasado con respecto a otros en lo que se refiere a apreciar las ventajas de la digitalización. La comunicación es otro factor común que afecta a la productividad. Las desconexiones entre la oficina y el campo pueden dar lugar a una escasez de materiales, o el establecimiento de prioridades erróneas puede influir en la eficiencia de la obra y, en última instancia, en el calendario del proyecto.