Muchos factores pueden alterar el funcionamiento de un equipo. Determinar el espacio físico donde será instalado es fundamental, sobre todo si estará operando en aplicaciones sensibles.
Algunas de las consideraciones a tener en cuenta son:
Humedad
La humedad en cualquiera de sus formas, como la humedad ambiente o el vapor, no se lleva bien con los sistemas eléctricos del compresor. La humedad extrema puede provocar problemas de oxidación o lubricación que dificultan las operaciones. Antes de instalar el equipo es recomendable realizar un análisis junto con un especialista y definir la mejor ubicación para evitar inconvenientes.
Contaminantes del aire
Si bien las protecciones exteriores del compresor de aire protegen de la mayoría de los contaminantes; la suciedad excesiva, el polvo y las partículas pueden ser un problema. ¡Mantenga los filtros limpios y reemplácelos por repuestos originales de acuerdo con las recomendaciones del fabricante!
Temperaturas extremas
Las temperaturas extremas de calor o frío pueden afectar negativamente el funcionamiento de tu compresor. Controle la temperatura ambiente de la sala donde se encuentra tu compresor y verifique que siempre esté dentro de los límites establecidos por el fabricante para evitar complicaciones.
Ventilación
El equipo de aire comprimido produce grandes cantidades de calor, por lo que se necesita una habitación bien ventilada para mantener la eficiencia del sistema. Consultá el manual de tu compresor, así como también pedí asistencia técnica para conocer los requisitos específicos de ventilación.
Dependiendo el tipo de equipo o aplicación estas recomendaciones pueden resultar básicas, sobre todo cuando es imprescindible realizar la instalación del compresor de aire en entornos hostiles.
Converse con uno de nuestros asesores para identificar la solución más adecuada y conocer el menú de opciones de equipamientos periféricos disponibles, tales como los prefiltros, los termostatos tropicales o los compresores preparados para ambientes hostiles.