Algunas máquinas son maravillas de la ingeniería y, a menudo, un matrimonio perfecto entre precisión y eficiencia. Esto es absolutamente cierto para los compresores a tornillo.
Podríamos decir que en el entorno industrial estos compresores bien podrían ser conocidos como “adictos al trabajo”, ya que suministran energía 24/7.
El principio de operación detrás de un compresor a tornillo fue desarrollado en la década de 1930. Su mecanismo principal está formado por dos rotores que giran en paralelo y en sentido opuesto y, que tienen la forma de un tornillo helicoidal. Actuando en conjunto, estos rotores comprimen el aire. ¿Cómo?
Los dos rotores giran dentro de una carcasa impulsados por un motor externo y desplazan el aire longitudinalmente desde el punto de la admisión hacia el extremo contrario donde finalmente es comprimido debido a la reducción del espacio.
La presión aumenta allí hasta el punto donde se produce la descarga por medio de una válvula cuya función es doble: mantener la presión interna de aire a los valores mínimos y máximos especificados y por otro, evitar el retroceso del aire desde las tuberías de la red.
Algunas de las principales ventajas de estos compresores son:
- Tecnología de compresión sin impactos ni desgaste
- Cientos de menos piezas que mantener o reemplazar
- Procedimientos de mantenimiento sencillos
- Conteo extremadamente bajo de partículas de aceite (menos que 3 ppm)
- Menos consumo de aceite en general
- Confiabilidad comprobada en entornos exigentes
- Requieren menor espacio físico para su instalación. Típicamente, un 50% menor
- No hay fuerzas que “desequilibren” el proceso transfiriendo menos vibraciones
- Menor generación de calor
- Reducción significativa en el peso, típicamente en un 50%
- Sin pérdida de su capacidad de generación de aire con el paso del tiempo
Los compresores de aire a tornillo están disponibles en dos versiones:
Libres de aceite
En estos compresores los engranajes de accionamiento externos a la cámara de compresión sincronizan la posición de los tornillos helicoidales que giran en sentido contrario. Debido a que los rotores no entran en contacto y, por tanto, no generan fricción, no se necesita lubricación dentro de la cámara de compresión.
Como resultado, el aire comprimido resulta libre de aceite.
A causa que la presión interna está limitada por la diferencia de temperatura del aire entre los puntos de entrada y descarga, los compresores a tornillo libres de aceite incluyen frecuentemente varias etapas, además de mecanismos de enfriamiento entre ellas para maximizar la presión final resultante.
Note además que la caja de transmisión que acciona y sincroniza a los rotores si contiene aceite.
Libre de aceite se refiere a que la propia cámara de compresión y el aire suministrado en consecuencia está libre de aceite u otros contaminantes extraños, más allá de los que se encuentran intrínsecamente en el aire y que pasan a través de la admisión a menos que ésta cuente con un filtro destinado al efecto.
A tornillo lubricado
En los compresores a tornillo lubricado, se inyecta aceite para lubricar, sellar y refrigerar el par de rotores helicoidales macho y hembra. Al finalizar el ciclo, el aceite se separa del aire pasando a través de un filtro y un enfriador antes de volver a ser reutilizado en el proceso nuevamente.
El aire comprimido, por su lado, puede aún estar caliente y muchas veces se lo hace circular a través de un enfriador, dependiendo de cuál sea su aplicación final.
Mientras que el aceite, debido a sus propiedades lubricantes y de sellado, es el líquido más común utilizado hoy en día para la tarea, se puede emplear a veces agua u otros polímeros.
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