Cómo afrontar las dificultades en el departamento de mantenimiento
Un enfoque más inteligente del mantenimiento planificado y no planificado
Cuando el mantenimiento no sigue lo programado, la producción se ralentiza o, peor aún, se detiene. Pero, ¿qué pasaría si el mantenimiento no implicara un tiempo de inactividad? Desde una parada planificada a la reacción a un fallo inesperado, la capacidad de responder de manera eficiente puede marcar la diferencia entre la rutina habitual y una costosa interrupción. ¿La buena noticia? Puede anticiparse a los acontecimientos.
En 5 pasos, estará preparado para realizar el mantenimiento mientras la producción sigue en marcha y minimiza las interrupciones, utilizando soluciones temporales y una planificación estratégica.
Veamos los pasos a seguir
1. Mantenimiento no planificado: por qué sigue sucediendo y cómo anticiparse
Todos los responsables de mantenimiento se han enfrentado a ello: una avería repentina, un tiempo de inactividad no planificado o un fallo de los servicios públicos sin previo aviso. Estos momentos obligan a tomar decisiones inmediatas, desviando a los equipos de sus tareas principales y, a menudo, repitiendo el mismo ciclo de lucha contra corriente. La realidad es que muchas de estas interrupciones se pueden evitar si se integran estrategias de mantenimiento preventivo en la planificación de la producción.
Mantenimiento estratégico = operaciones fiables
El mantenimiento preventivo, cuando se coordina con su planificación de producción, ayuda a:
- reducir las reparaciones de emergencia
- aumentar la fiabilidad de los activos
- prolongar la vida útil de los equipos
- reducir el riesgo de incidentes de seguridad
Las inspecciones programadas anuales, cuando se planifican adecuadamente, son una oportunidad, no solo una pausa. Permiten a los equipos realizar inspecciones, actualizaciones y mantenimiento a largo plazo que mejoran el rendimiento a posteriori.
Pero incluso con la mejor planificación, pueden surgir imprevistos, especialmente durante los aumentos de demanda estacionales o los cuellos de botella en la cadena de suministro. Por eso, es fundamental que su plan de mantenimiento sea flexible. Las soluciones de alquiler temporales pueden ayudarle en estas situaciones críticas, permitiéndole seguir en activo incluso cuando surjan problemas imprevistos.
2. Planificación de contingencias: prepárese para lo inesperado
Incluso con la mejor estrategia de mantenimiento preventivo, las emergencias pueden seguir ocurriendo. Por eso, es fundamental disponer de un plan de contingencia claro y debidamente documentado. Ya sea una avería inesperada o un cambio en la demanda, la capacidad de responder con rapidez puede marcar la diferencia.
¿Por dónde empezar?
- Defina sus principales riesgos y cómo responder cuando se produzcan. Comience elaborando una lista de riesgos que puedan afectar a sus operaciones
- A continuación, clasifique los riesgos de mayor relevancia, es decir, los que presentan mayor probabilidad de producirse o los que puedan provocar daños considerables.
Tras priorizar estos riesgos, puede desarrollar un plan de contingencia. Este describe el principal desencadenante que activa el plan, junto con la respuesta inmediata preferida. Además, indica quién debe participar y a quién se debe informar cuando esto ocurra. El plan debe ser aprobado, compartido y revisado periódicamente para evaluar su eficacia. Si se lleva a cabo correctamente, se convierte en una herramienta de gran utilidad para proteger las operaciones y reducir el tiempo de inactividad.