Elegir la soplante de aire adecuada para su aplicación

Entre los factores clave que deben tenerse en cuenta figuran los 6 siguientes:

Una instalación de soplante de tamaño correcto ayudará a lograr un proceso más eficiente energéticamente.

Las condiciones del sitio tienen una influencia en la elección de la soplante. 

Por ejemplo, el ambiente polvoriento o el sitio húmedo caliente para la instalación de una soplante podrían dictar la elección de una tecnología que ofrezca un tornillo de desplazamiento positivo fiable, una soplante de lóbulos o un centrífuga multi etapa para proporcionar una fuente fiable de aire de baja presión sin mucha sensibilidad al polvo o a las altas temperaturas ambientales.

Por otro lado, el criterio de aplicación de menores costes de energía puede ser mejor satisfecho por una tecnología más eficiente energéticamente que supone un coste de inversión más alto.

La solución más barata para comprar no significa automáticamente unos costes operativos más bajos.

Por lo tanto, es recomendable no solo considerar los costes de inversión en la fase de diseño, sino también vigilar los gastos necesarios durante todo el ciclo de vida de las máquinas para obtener el máximo ROI.

Una característica de la última generación de soplantes de baja presión es el diseño inteligente de deflectores y carrocería que proporciona niveles de sonido reducidos hasta 72dB (a) para un entorno de trabajo mejorado.

En consecuencia, los costes de instalación se reducen, ya que no hay necesidad de proporcionar habitaciones y puertas aislantes de ruido.

Cuando se trata de mantenimiento de rutina y soporte de servicio, algunas tecnologías de soplante más antiguas pueden requerir que las unidades sean mantenidas, reparadas o reformadas fuera del sitio. Los desarrollos de diseño avanzados en las últimas soplantes de baja presión sin aceite, incluyen ahora componentes de bajo mantenimiento e intervalos de servicio prolongados en el sitio.

Cada tecnología de soplante necesita tener sus servicios y chequeos de rutina y, sin embargo, el diseño y mecanismo de cada tecnología difiere en el número de consumibles y períodos de servicio y los beneficios de los planes de mantenimiento durante la vida útil del equipo.

Vale la pena comprobar las estadísticas vitales:

• Como ejemplo, los rotores de tres lóbulos incorporados en la última generación de soplantes de bajo ruido, baja vibración y baja pulsación son capaces de barrer casi seis veces el volumen de aire en una sola revolución en comparación con sus predecesores de doble lóbulo accionados por correa. En promedio, esta tecnología más antigua experimenta entre un 5% y un 7% más de pérdidas de transmisión.

Una ventaja importante de las soplantes de tornillo rotativo de accionamiento directo, exenta de aceite, es la amplia reducción, especialmente en los modelos con accionamientos mediante convertidor integrado.

Esto permite que las unidades suministren el caudal de aire necesario para coincidir con la demanda de aire según las variaciones diarias y estacionales en el flujo de entrada de efluentes, lo que resulta en ahorros de energía adicionales. Para hacer frente a las fluctuaciones en la demanda de aire, la tecnología de soplante de tornillo puede operar desde el 100% de la capacidad hasta el 25% con muy pocos cambios en el requisito de energía específica.

Existen múltiples tecnologías de compresión que se utilizan para generar aire de baja presión.

Las tres tecnologías principales que son populares hoy en día son lóbulo, tornillo y centrífugo; y dentro de la tecnología centrífuga hay multietapa, turbo de alta velocidad o soplantes centrífugas de engranaje integrado. Por lo tanto, esto nos lleva a cinco tipos de tecnologías de soplante que se utilizan ampliamente dentro del mercado de baja presión.

Cada tecnología tiene su propio espacio: el lóbulo normalmente es el mejor cuando se trata de presión por debajo de 0,3 barg y flujo inferior a 500 m3/h, mientras que el tornillo funciona mejor a mayor presión y flujo entre 500-5.000 m3/h y luego la tecnología centrífuga se hace cargo de volúmenes más grandes.

Sin embargo, la decisión sobre una tecnología de compresión está dirigida por la eficiencia energética, que también está vinculada a la aplicación específica del aire de baja presión.

Sean cuales sean sus necesidades de baja presión, el objetivo final es un sistema de soplantes que proporcione total fiabilidad, continuidad garantizada de las operaciones del proceso y combine un rendimiento óptimo con la protección del proceso, el medio ambiente y los costes energéticos operativos.