Lista de comprobación: Cómo mejorar el resultado de la auditoría sobre aire comprimido en 7 pasos
¿Cómo puede mejorar los resultados de la auditoría sobre aire comprimido?
Lista de comprobación de la auditoría sobre aire comprimido en 7 pasos
Las auditorías de energía de la sala de compresores de aire son herramientas muy útiles que ayudan a determinar si el sistema de aire existente es lo más eficaz posible. Dado que los costes de energía constituyen el grueso de los gastos que implica un sistema de aire comprimido, una auditoría de este tipo puede ahorrar mucho dinero a las empresas.
En algunos casos no es necesario realizar una auditoría de todo el sistema de aire. Esto se aplica especialmente en el caso de los sistemas de aire comprimido sencillos, en cuyo caso será suficiente con una simple evaluación del consumo de energía.
Una auditoría del sistema de compresores de aire es un análisis mucho más exhaustivo y costoso del sistema de aire comprimido. Normalmente se requieren varias jornadas o incluso semanas de auditoría e implica el uso de equipos especiales. Una evaluación es más superficial y básicamente consiste en una revisión por parte de un experto para intentar detectar deficiencias durante una inspección visual.
Independientemente del tipo de análisis que elija, hay algunas cosas que puede hacer para asegurarse de que su sistema de aire comprimido sea lo más eficaz posible, incluso antes de hacer la auditoría o la evaluación de la energía.
1. El problema de las fugas de aire
Las fugas de aire son el principal enemigo de los sistemas de aire comprimido. De hecho, los estudios realizados demuestran que hasta un tercio del aire comprimido que se genera se pierde debido a las fugas. Si lo pensamos detenidamente, puede ser una cantidad altísima. Es como repostar gasolina y luego ver que el 30 % de lo que hemos echado se pierde por la carretera porque un tubo de combustible empieza a gotear en cuanto empezamos a conducir.
Aunque corregir las fugas es importante y puede ahorrar grandes cantidades de dinero (incluso una pequeña fuga puede costar cientos de euros al año), debemos tener cuidado al hacerlo, ya que es posible que algunos compresores, sobre todo los más antiguos, no tengan capacidad para manejar cargas tan bajas repentinamente. Por ello, cualquier acción que hagamos para tapar una fuga debe ir acompañada de medidas que permitan reducir la generación de aire en consonancia con la bajada de la demanda.
Más información sobre la reparación de fugas en compresores de aire
2. Tuberías defectuosas
Un sistema de tuberías bien diseñado elimina las pérdidas de presión y, por lo tanto, ahorra dinero. Por el contrario, las tuberías antiguas, las tuberías de un tamaño excesivo o insuficiente o las que tienen un tendido enrevesado contribuyen a la ineficacia del sistema y cuestan dinero. Esto supone especialmente un problema en el caso de las redes de aire comprimido antiguas, así como en aquellas que se han ido ampliando con el tiempo.
Además, el material de las tuberías también es importante. Las tuberías de hierro fundido, por ejemplo, se oxidan con el tiempo, lo cual no solo puede obstruirlas, sino que también podría degradar la calidad del aire. Sustituir estos tipos de tuberías por otras fabricadas con otros materiales es una inversión que se amortiza más adelante, sobre todo si se utilizan tuberías con el diámetro adecuado para suministrar el caudal de aire necesario.
Aunque solo los expertos pueden identificar todas las deficiencias de las tuberías, cualquier persona conocedora del tema puede observar las tuberías existentes y detectar problemas graves, como tuberías que parecen demasiado pequeñas o demasiado grandes, una disposición poco eficiente de las tuberías, etc.
Más información sobre nuestro sistema de tuberías de aire comprimido: AIRnet
3. Reducción de la sobrepresión
Cuando tienen problemas de capacidad, algunos usuarios de sistemas de aire comprimido aumentan la presión del compresor. Hacerlo no solo supone una “solución” costosa, sino que también es contraproducente. En muchos casos, el aumento de la presión puede empeorar las cosas; por ejemplo, las fugas de aire podrían ir a más y se agravarían otras deficiencias.
4. Calcular el aire necesario
Otra fuente importante de derroche se debe al desconocimiento de la demanda de aire comprimido. ¿Cuánto aire comprimido necesita realmente su aplicación? Los operadores de los sistemas de aire comprimido suelen sobrestimar la cantidad de presión necesaria.
Además, los usuarios de aire comprimido deben asegurarse siempre de que los equipos que se utilizan en el siguiente eslabón de la cadena puedan funcionar con menos presión que la especificada por el fabricante. Estas optimizaciones por sí solas podrían ahorrar miles de euros al año.
Vídeo: ¿Cómo se calcula la capacidad correcta de un compresor?
5. Eliminación de restricciones innecesarias
En ocasiones las grandes redes de aire comprimido siguen incluyendo equipos obsoletos, como filtros o separadores que ya no se utilizan y que lo único que hacen es provocar caídas de presión. La sustitución de estos equipos aumentará la eficiencia.
6. Uso inteligente del aire comprimido
El hecho de que el aire comprimido esté ampliamente disponible en muchas instalaciones de producción no significa que se deba utilizar para todo. Especialmente porque el aire comprimido cuesta casi diez veces más que la electricidad. Por lo tanto, utilizar aire comprimido para tareas como limpiar una superficie o refrigerar un ambiente puede ser altamente ineficaz.
7. Cuestiones de mantenimiento
La optimización de la red de aire comprimido tras realizar una auditoría es una medida inteligente, pero no suficiente. También es importante asegurarse de que el sistema se siga manteniendo correctamente; de lo contrario, los mismos problemas que acaba de eliminar volverán a producirse gradualmente. Para ello, no basta con vigilar los elementos de la lista anterior, sino que también es importante limpiar y mantener periódicamente los filtros, separadores y secadores. Esta es la única forma de que su sistema pueda ofrecer una alta calidad con la máxima eficiencia de forma constante y fiable.
Merece la pena realizar una auditoría energética de los compresores de aire
Sin embargo, aunque tomemos todas estas medidas, hacer una auditoría energética sigue siendo conveniente, ya que los expertos cualificados siempre encuentran deficiencias que a nosotros se nos pasan por alto. Además, utilizan equipos sofisticados que pueden detectar posibilidades de optimización. Por lo tanto, cualquier empresa que tenga una red de aire comprimido compleja debería considerar su realización.
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