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Hidrógeno

5 consejos para garantizar la seguridad de la planta de hidrógeno

1. Seleccione los depósitos de almacenamiento de hidrógeno comprimido correctos

El hidrógeno se puede almacenar en forma de gas o líquido. El primero requiere el uso de depósitos de alta presión (100-1000 bar o 1400-14 500 psi), mientras que el segundo requiere temperaturas criogénicas. En este artículo nos centramos en el gas hidrógeno comprimido.

 

Para garantizar la seguridad óptima de la planta de hidrógeno, es fundamental utilizar depósitos que estén fabricados con los materiales adecuados.

soluciones de almacenamiento de energía de hidrógeno

Según el volumen y la presión, se debe utilizar uno de los cuatro tipos de depósitos de presión para almacenar el hidrógeno comprimido. 

  • Tipo I
    Estos depósitos metálicos son generalmente de acero o aluminio y pueden soportar una presión máxima estimada de entre 175 bar (aluminio) y 200 bar (acero). Los depósitos de tipo I son económicos de fabricar, pero pesan mucho porque son totalmente metálicos. Se utilizan para almacenar hidrógeno en forma líquida y gaseosa. 
  • Tipo II
    Este tipo de depósitos metálicos son de aluminio, pero cuentan con devanados de filamentos alrededor del cilindro metálico que pueden ser de fibra de vidrio/aramida o de fibra de carbono. En función del material, pueden soportar una presión máxima de hasta 299 bar.
    Los depósitos de tipo II pesan menos y son más resistentes, pero también más costosos. 
  • Tipo III
    Estos depósitos, que constan de materiales compuestos con un revestimiento metálico, pueden soportar una presión aún mayor. Por ejemplo, un depósito de aluminio/aramida puede soportar una presión de hasta 438 bar. Por otro lado, un depósito de materiales compuestos de aluminio/carbono puede soportar incluso presiones de hasta 700 bar. Por ello, también son más costosos. 
  • Tipo IV
    Estos depósitos no son metálicos y están fabricados completamente de fibra de carbono con un revestimiento de polímero. Pueden soportar una presión máxima de 700 bar, aunque pesan menos que otros tipos de depósitos. La desventaja es que el uso de una gran cantidad de fibra de carbono también los hace más costosos. 

2. Elija los materiales adecuados

El hidrógeno tiene un efecto perjudicial sobre las propiedades mecánicas de todos los materiales. Por ejemplo, puede provocar que el metal se vuelva frágil. Esto, a su vez, puede dar lugar a una pérdida de la resistencia a la tracción, la ductilidad y las fracturas. Además, puede acelerar el aumento de las grietas por fatiga.

El grado de este deterioro depende del material, la presión y la temperatura del hidrógeno y la carga mecánica. Esto significa que algunos materiales son mejores que otros. 

Lo ideal es que los materiales se sometan a pruebas para garantizar su rendimiento en las condiciones de funcionamiento previstas.
Si esto no es posible, a continuación se indican algunos materiales que se utilizan normalmente

 

  • Acero inoxidable austenítico
  • Aleaciones de aluminio
  • Aceros ferríticos de baja aleación
  • Aceros ferríticos de carbono-manganeso
  • Aleaciones de cobre

Por otra parte, se deben evitar los siguientes materiales: 

  • Aceros ferríticos y martensíticos de alta resistencia
  • Fundiciones de hierro gris, maleable y dúctil
  • Aleaciones de níquel
  • Aleaciones de titanio 

3. Seleccione la ubicación óptima para la instalación de los depósitos de almacenamiento de hidrógeno

En cuanto a la seguridad de la planta de hidrógeno, no solo es importante elegir el depósito de almacenamiento adecuado, sino también la ubicación óptima para su instalación. 

Aunque es posible almacenar pequeñas botellas de hidrógeno en interiores, no se recomienda hacerlo cuando se trata de volúmenes mayores.
El almacenamiento en exteriores es más seguro en general e incluso necesario para almacenar grandes volúmenes de hidrógeno, ya que esto permite que el gas se disipe fácilmente en caso de que haya fugas de hidrógeno accidentales.

A continuación, se indican algunas características de una ubicación óptima para el almacenamiento de hidrógeno comprimido.

-Buena ventilación para evitar la acumulación de hidrógeno 

-Instalación a una distancia segura de las estructuras y las entradas de ventilación

-Protección contra el tráfico de vehículos o la caída de objetos 

-No debe recibir luz solar directa y la temperatura ambiente no debe superar los 52 °C (~126 °F)

-Protección contra accesos no autorizados 

5 características de una ubicación óptima para el almacenamiento de hidrógeno comprimido.

  • Buena ventilación para evitar la acumulación de hidrógeno 
  • Instalación a una distancia segura de las estructuras y las entradas de ventilación
  • Protección contra el tráfico de vehículos o la caída de objetos 
  • No debe recibir luz solar directa y la temperatura ambiente no debe superar los 52 °C (~126 °F)
  • Protección contra accesos no autorizados 

4. Evite la acumulación de gas hidrógeno en un contenedor o recinto

Como hemos mencionado anteriormente, la ventilación es extremadamente importante a la hora de trabajar con hidrógeno.
Garantiza que el gas se disipe rápidamente y no pueda formar una mezcla posiblemente inflamable con el oxígeno del aire. 

Puesto que el hidrógeno es tan ligero, esta acumulación se producirá sin duda cerca del techo de una sala o recinto.
Este aspecto debe tenerse en cuenta a la hora de diseñar estas instalaciones.
Esto implica la necesidad de adoptar medidas de ventilación, detección y control adecuadas en los espacios altos

Además, como nunca se puede descartar una fuga de hidrógeno, también es importante instalar detectores de llamas o gases y, a ser posible, un sistema de extinción de incendios

 

Cuando se libera H2 en el aire, el gas subirá inmediatamente a una velocidad de 10 m/s. Por lo tanto, es imprescindible detectar la concentración de H2 en el punto más alto de la sala, y también debe prever la ventilación de la sala: se debe extraer el aire de la sala en el punto más alto. Si coloca el detector en un punto más bajo de la sala, la parte de la sala situada por encima del detector se llenará en primer lugar con una concentración demasiado alta de hidrógeno, antes de detectar el gas. Lo mismo ocurre con la ventilación. Si se introduce aire desde la parte superior y se evacua en un nivel inferior, sencillamente no se evacuará el H2. El flujo de ventilación debe dirigirse de la parte inferior a la superior.

La ventilación no es muy alta durante el funcionamiento normal. Tan solo cuando se detecta gas en la parte superior de la sala, se debe extraer inmediatamente una gran cantidad de aire (mezcla de gases). Los nuevos edificios para la construcción de camiones de H2 (también se llenan dentro de ese edificio) pueden instalar un detector de gases cerca del techo (a más de 10 m de altura), por lo que el techo simplemente se abrirá cuando se detecte el gas.

 

5. Evite las fugas de hidrógeno

Las fugas son un problema importante para las operaciones en las que se utiliza hidrógeno, ya que este último es un elemento muy pequeño y las fugas son responsables de una gran parte de los incidentes. 

Una forma de evitar que se produzcan es instalar detectores de fugas, que deben mantenerse y comprobarse periódicamente. En cualquier caso, las pruebas de fugas deben realizarse de forma rutinaria, incluidas las comprobaciones de funcionamiento de las válvulas. 

Dos métodos de prueba muy conocidos son el uso de una solución de burbujas de jabón o la utilización de un detector de hidrógeno manual. Además de las pruebas periódicas, los operarios de la planta deben comprobar si hay fugas cada vez que se vuelvan a montar las juntas. Asimismo, se deben inspeccionar las conexiones del sistema para detectar signos de corrosión, erosión, grietas, protuberancias, ampollas o cualquier otra forma de deterioro.

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