El aire atmosférico contiene vapor de agua, pero a medida que se comprime la humedad relativa del agua en el aire puede aumentar hasta el 100%. Para evitar los problemas causados por la condensación de agua en las cañerías y en los equipos conectados al sistema, es necesario secar el aire comprimido.
Algunos métodos para secar el aire comprimido son:
Sobre-compresión
El aire se comprime a una presión más alta que la presión de trabajo deseada, lo que significa que más agua se condensa fuera del sistema durante este proceso. El agua adicional se separa a medida que el aire entra en contacto con el pos-enfriador del compresor. Luego, se deja que el aire se expanda a la presión de trabajo y se obtiene un punto de rocío de presión más bajo. Este método solo es adecuado para caudales de aire muy pequeños debido a su alto consumo de energía.
Secado por ciclo frigorífico
El proceso de secado con refrigerante implica enfriar el aire comprimido para permitir que una gran cantidad de agua se condense y se separe. Después del enfriamiento y la condensación, el aire comprimido se vuelva a calentar a temperatura ambiente, por lo tanto evita la condensación externa en la red de cañerías.
Secado por adsorción
El principio de funcionamiento de los secadores de adsorción es simple: el aire húmedo fluye por dos columnas rellenas con material desecante. Una vez que las columnas absorben el agua, se regeneran para recuperar su capacidad de secado. El primer recipiente seca el aire comprimido entrante, mientras que los segundos recipientes se regeneran.
Para entender qué método de secado es el adecuado para tu red de aire comprimido, contacte a un experto de Atlas Copco.