Norma ISO 8573-1: el costo del incumplimiento
"¿Cuánto cuesta cumplir las normas de calidad del aire?" Como líder del mercado en equipos de tratamiento de aire de alta calidad, esta es una pregunta que nos hacen continuamente. Sin embargo, la respuesta no es sencilla.
De hecho, para empezar, la pregunta que se formula es incorrecta. No existen leyes ni normas que especifiquen el nivel de calidad del aire que debe definirse para cada aplicación; tan solo existen muy pocas directrices (no vinculantes).
La buena noticia es que al menos existe transparencia a la hora de definir los niveles de calidad del aire para las partículas sólidas, la humedad y el contenido total de aceite (más correctamente, los compuestos orgánicos volátiles) gracias a la norma ISO8573.
Lo que no hace la norma ISO8573 es determinar los niveles de calidad del aire por tipo de aplicación. Su definición es responsabilidad de los encargados del proceso, ya que son los únicos que saben para qué se utiliza el aire comprimido y, por lo tanto, qué riesgos podría suponer para la calidad de los productos que fabrican.
A su vez, estos riesgos pueden variar considerablemente en función del proceso. Cualquier persona implicada en el tema comprenderá inmediatamente que cuanto más tiempo esté el aire comprimido en contacto con los productos y cuanto más estrecho sea ese contacto, mayor será el riesgo.
Además, las condiciones ambientales influirán en la calidad del aire necesaria. Un ejemplo es la humedad: cuanto menor sea la temperatura ambiente, mayor será el riesgo de condensación (con todos los posibles efectos adversos) y, por lo tanto, mayores serán los requisitos del punto de rocío del aire comprimido.
Por esta razón, es necesario realizar un análisis de riesgos exhaustivo. Una vez definidos los riesgos, se deben establecer medidas de mitigación y control.
ISO 22000
Existen normas de sistemas de gestión en sectores industriales como el de la alimentación y las bebidas, por ejemplo, la ISO22000. Estas normas no definen el nivel de calidad del aire comprimido necesario, sino que establecen que se debe seguir un determinado método para garantizar la calidad y la seguridad de los productos. Esto se conoce comúnmente como análisis de riesgos y puntos de control críticos (HACCP).
El análisis de riesgos consiste en la evaluación de dichos riesgos, mientras que los puntos de control críticos se utilizan para mitigar los riesgos y controlar y mantener los niveles de calidad requeridos. De este modo, se garantiza la calidad y la seguridad del proceso de producción.
Cuanto mayor sea el riesgo, mayores serán los daños que se producirán en caso de contaminación. El encargado del proceso definirá los requisitos de calidad del aire en función de esto.
Una vez establecido el nivel de calidad del aire requerido, se puede elegir el equipo adecuado, tanto en lo que respecta a la tecnología de los compresores como al tratamiento del aire.
En el caso de que los riesgos sean muy elevados y se produzcan grandes daños, la opción correcta es evitar los riesgos por completo. En cuanto a los riesgos limitados, se puede optar por una mitigación más moderada de los mismos.
Un buen ejemplo de esto es la elección de compresores exentos de aceite para aplicaciones que no toleran la presencia de aceite en ningún estado: líquido, aerosol ni vapor. En el caso de los compresores exentos de aceite, el aceite nunca entra en contacto con el aire comprimido, lo que impide cualquier contaminación por aceite de los compresores de forma eficaz.
El riesgo restante que se considere aceptable para el proceso y los productos definirá el precio del equipo, tanto de los compresores como del tratamiento del aire.
Sin embargo, imagínese que se produce un solo derrame de aceite. En muchos casos, los daños son tan desastrosos que justifican muchas veces el aumento del coste de la inversión.
En otras palabras, al no invertir en equipos de aire de alta calidad, está asumiendo un riesgo innecesario que puede tener consecuencias devastadoras para su empresa.
Las distintas maneras en las que el tratamiento del aire puede permitirle ahorrar dinero
No obstante, la humedad y las partículas también pueden causar daños en el sistema de aire comprimido, la aplicación y los productos. La humedad puede provocar la corrosión de las tuberías de distribución de aire y del equipo aguas abajo, así como la posible formación de colonias de bacterias. Esto podría ocasionar problemas graves y costosos para los equipos y las aplicaciones, como herramientas neumáticas, sistemas de frenos neumáticos o respiradores de hospital.
Por lo tanto, elegir el equipo de tratamiento de aire correcto es la forma más rentable de proteger la inversión y el proceso de producción, así como de garantizar el tiempo de actividad necesario.
Y si todos estos problemas no le parecen lo suficientemente graves, las cosas empeoran cuando el aire llega a su destino final: los productos acabados.
Hay una razón por la que determinadas industrias, como el sector de la alimentación y las bebidas o la industria farmacéutica, están sujetas a requisitos muy estrictos relativos a la calidad del aire. Si el aire está contaminado, sus productos pueden ocasionar graves perjuicios a los consumidores.
Ya sea la introducción de aceite en alimentos o de bacterias en medicamentos, las consecuencias pueden ser devastadoras.
Si la contaminación se detecta a tiempo, el daño puede que "solo" se limite a la pérdida de los productos afectados.
Si no se detecta a tiempo, los clientes pueden enfermar o empeorar como resultado de un tratamiento inadecuado del aire. En estos casos, las consecuencias, y los costes, se descontrolan rápidamente.
Se pueden producir las siguientes consecuencias:
· Daños y reducción de la vida útil o los intervalos de servicio de los equipos aguas abajo.
· La producción deja de suponer un coste elevado por hora.
· Eliminación de un lote de producción en curso.
· Coste de limpieza de cualquier parte del proceso de producción que estuviera en contacto con la contaminación.
· Posibles retiradas de productos en fases posteriores de la cadena logística.
· Posible responsabilidad frente a los clientes.
· La reputación queda dañada durante muchos años, e incluso la empresa puede declararse en bancarrota debido a esta situación.
Los posibles problemas y gastos que puede ocasionar un aire comprimido incorrectamente tratado pueden hacer que el coste de invertir en equipos de alta calidad, como los compresores exentos de aceite, la tecnología de secado adecuada y la filtración, sea pequeño.
Dicho de otra forma, siempre merece la pena no tomarse en serio la calidad del aire y su tratamiento adecuado.
Gracias a nuestra larga experiencia como fabricantes de compresores y equipos de tratamiento de aire, puede confiar en nuestros productos, servicios y conocimientos para ofrecer la clase de calidad del aire que necesita.