Seguro que, explorando las etiquetas de los alimentos, has encontrado en más de una ocasión una leyenda que dice “envasado en atmósfera protectora”. Es más, la letra pequeña también nos recomienda que una vez abierto el envase consumamos el producto en unos pocos días, e incluso horas. Da la impresión de que el pollo que vamos a comprar se conserva de alguna forma poco avanzada. Y en parte así es.Pero la atmósfera protectora es un sofisticado avance que nos permite postergar la degradación natural de los alimentos.
Como sabemos, el oxígeno es un gas esencial para la vida. Los seres humanos lo necesitamos para nuestra supervivencia y, dejando a un lado los fascinantes organismos anaeróbicos, los microorganismos y enzimas naturales (bacterias, levaduras, moho…) también prosperan cuando están expuestas al O2.
Como dato interesante: las enzimas catalasa y peroxidasa son las responsables de que nuestras manzanas se vuelvan de color marrón en pocos minutos.
El aire que respiramos está compuesto, aproximadamente, por un 78% de nitrógeno, un 21% de oxígeno y otras moléculas en menor concentración, como el dióxido de carbono, el argón o el agua. La atmósfera protectora, o atmósfera modificada (Modified Atmosphere) siendo precisos, es el resultado de alterar la composición de los gases que hay en el interior de un envase con el objetivo de mejorar la durabilidad del producto.
Al reducir la cantidad de oxígeno en el interior de un envase, se ralentiza el crecimiento de organismos y se minimizan las reacciones de oxidación. De la misma manera, las atmósferas modificadas también cuentan con niveles más bajos de humedad, lo que prolonga la vida útil de los productos sin alterar el sabor o el aspecto de los alimentos.
¿Cómo logran las empresas reducir la concentración de oxígeno en el interior de un envase?
Hay múltiples alternativas, pero una de las más efectivas consiste en sustituir el oxígeno (fuente de vida) por nitrógeno (gas inerte).
¿Qué es el nitrógeno?
El nitrógeno se considera la "5ª utilidad", junto con el agua, la electricidad, el gas y el aire comprimido. Es un gas industrial importante para aplicaciones en los sectores químico, naval, electrónico, de alimentación y bebidas, envasado, etc.
Atlas Copco, por ejemplo, cuenta con varias tecnologías para que los proveedores de alimentos puedan generar su propio nitrógeno in situ sin depender de un suministro regular de este gas en forma de botellas o tanques.
A grandes rasgos, los generadores de nitrógeno se aprovechan de la diferencia de tamaño de las moléculas de oxígeno y nitrógeno para filtrar y expulsar el O2 del flujo de aire.
Atmósfera protectora e Industria alimenticia
Hay multitud de industrias que recurren a una atmósfera protectora para preservar sus productos: desde las cápsulas de café, hasta los cereales o el vino.
No solo se trata de que los alimentos lleguen al consumidor, conservados y con buen aspecto; las atmósferas modificadas también permiten que los productos lleguen más lejos que nunca y que podamos disfrutar de una gran variedad de alimentos más allá de la producción local.
El nitrógeno desempeña un papel importante en diversas aplicaciones industriales. Este libro electrónico sobre generación de nitrógeno le ayudará a comprender la creciente tendencia de generación de nitrógeno in situ y cómo esto beneficiará a su negocio.
El generar tu propio nitrógeno, te permite dejar de depender de proveedores de este gas, reducir costos y tener una accesibilidad al gas 24/7.
¿Cómo funciona un generador de nitrógeno?
Un generador de nitrógenode membrana extrae el N₂ del aire suministrado por un compresor para que pueda utilizarse en aplicaciones profesionales. El aire comprimido es empujado a través de una membrana llena de fibras huecas. El oxígeno y el vapor de agua se disipan a través de las paredes de fibra y se expulsan. Esto deja solamente el nitrógeno muy seco dentro de las fibras, que se descarga en el otro extremo de la membrana, listo para su uso.