Está utilizando un navegador que ya no es compatible. Para seguir visitando nuestra página web, utilice uno de los siguientes navegadores compatibles.
11 de agosto de 2021
Piense en su dispositivo tecnológico favorito, ya sea un coche, un teléfono, un televisor o incluso una máquina que utiliza en el trabajo. Ahora, imagínese que se estuviese averiando todo el tiempo y que tuviera que realizar continuamente costosas reparaciones… ¿Seguiría siendo su dispositivo favorito?
Probablemente no. Por lo tanto, es evidente que la fiabilidad es un factor importante en la tecnología que utilizamos, pero no es algo en lo que pensemos mucho, al menos no mientras nuestros aparatos funcionen. De hecho, cuanto más fiable es un equipo, menos pensamos en su fiabilidad. Solo cuando nuestro coche deja de arrancar o cuando la pantalla de nuestro teléfono se bloquea todo el tiempo es cuando nos damos cuenta de lo valiosa que es esa fiabilidad.
En el mundo del aire comprimido es lo que sucede con los compresores con accionamiento de velocidad variable (VSD). Ofrecen enormes ventajas con respecto a los compresores de velocidad fija. Estos últimos son máquinas bastante sencillas: basta con girar un interruptor y comprimen el aire a máxima velocidad, independientemente de que se necesite mucha o poca potencia. Obviamente, eso puede suponer un derroche.
Sin embargo, los compresores VSD son mucho más sofisticados. Al ajustar su velocidad a la demanda de aire comprimido, pueden ahorrar mucho dinero a las empresas a lo largo de su vida útil.
Siempre que funcionen, claro.
Si no, serán una fuente de gran frustración. Cualquier avería implicará costosos tiempos de inactividad, reparaciones caras y, por supuesto, la falta de aire comprimido.