22 de julio de 2020
El aire comprimido es uno de los servicios (utilities) más importantes en la industria, pero también es uno de los servicios que más consume energía eléctrica; por lo que uno o varios cambios en el sistema de aire de comprimido pueden disminuir la demanda de energía eléctrica y por ende las emisiones de CO2, así como generar ahorros significativos en la facturación de energía eléctrica.
Minimiza los costos en la generación de aire comprimido con los siguientes 3 pasos:
Analiza la instalación.
Pide al proveedor de aire comprimido, que evalúe la instalación, así como la detección de posibles fugas y hagan un cálculo aproximado de los costos de energía y las emisiones de dióxido de carbono que se puede reducir.
Optimiza el consumo de energía.
Un método para reducir el consumo total de energía en la planta es recuperando el calor generado y reutilizándolo en su ciclo de producción. La recuperación de calor se puede usar para precalentar el suministro de agua usando una caldera de agua caliente o radiadores de calefacción.
Otra forma de optimizar la instalación de los compresores es mediante el uso de un sistema de control central. Un controlador central une todos los compresores y secadores para reducir la banda de presión general y eliminar la necesidad de una mayor presión de trabajo.
Monitorea la instalación.
Los sistemas de monitoreo remoto ofrecen una visión completa de tu producción de aire comprimido. No solo controla y confirma las soluciones de ahorro, sino que también ayuda a predecir posibles problemas. El sistema realiza un seguimiento continuo de los cambios de producción y le informa sobre futuras mejoras.