Transporte neumático: Transporte de material a granel con aire comprimido.

Muchas empresas de transformación transportan materiales a granel para su posterior procesamiento y, por lo tanto, entran regularmente en contacto con el tema de la manipulación de materiales o el transporte neumático.

En principio, cualquier material a granel puede transportarse de A a B con aire comprimido, siempre que no sea demasiado pesado.

La gama de aplicaciones de los compresores y sopladores de baja presión es, por tanto, muy variada: desde el transporte de polvo y granulados de grano fino en la industria cementera hasta el transporte de harina, levadura u otros ingredientes en la industria alimentaria.

Una aplicación cotidiana es, por ejemplo, el transporte de material a granel del camión al silo o a la planta de producción.

• Contaminación acústica: El compresor del camión es muy ruidoso en comparación con el compresor de baja presión de la propia empresa. Esto no es un problema para las entregas de productos a granel que se realizan con poca frecuencia. En cambio, para las entregas regulares o incluso varias veces al día, puede convertirse rápidamente en una molestia acústica no sólo para los propios empleados de la empresa, sino también para los vecinos.

• El segundo problema, muy costoso, es que el material o las mercancías a granel se dañan con demasiada frecuencia durante la descarga.

Esto se debe a la diversidad del material a granel a transportar: El nivel de presión del compresor de baja presión debe ajustarse para materias primas de diferentes pesos. Una presión excesiva durante el transporte del material repercute negativamente en la calidad de los materiales sensibles a la presión y al impacto, o los daña, provoca un aumento de las cantidades rechazadas y, por ,lo tanto, ocasiona costos elevados.

Con un compresor de a bordo, sin embargo, una empresa de transportes rara vez puede atender aquí a las propiedades del material o al peso de los pedidos individuales, ya que el caudal volumétrico y la presión del simple compresor de camión no se pueden ajustar.

Sí, en la mayoría de los casos es ventajoso tener tu propia red de apoyo.

Por seguir con nuestro ejemplo: Con un compresor de baja presión propio, los camiones pueden descargarse más rápido, de forma más silenciosa y con mucha menos pérdida de calidad.

Las empresas que quieren descargar o transportar distintos materiales a granel suelen optar por sopladores o compresores de baja presión con control de velocidad (VSD). Estos compresores de baja presión con control de velocidad tienen la ventaja de que el caudal y la presión pueden adaptarse con flexibilidad a los distintos productos. Esto significa, por ejemplo, que se causan menos daños al material a granel durante la descarga del camión y, por lo tanto, se reducen los costos al tiempo que aumenta la calidad.

Existen básicamente 4 tecnologías diferentes: sopladores de tornillo, pistones rotativos, compresores con inyección de aceite o compresores de baja presión. La industria alimentaria también ocupa una posición especial. Aquí, al igual que en el sector farmacéutico, se suelen utilizar sopladores sin aceite o compresores de baja presión porque el proceso de compresión tiene lugar sin lubricación por aceite.

Así pues, las posibilidades son muy diversas y cada una tiene su razón de ser: El compresor de baja presión óptimo debe adaptarse perfectamente al material, la red de aire comprimido existente, el sistema de transporte y el modo de funcionamiento. No existe el "mejor" compresor para el transporte neumático y la manipulación de materiales.

Por lo tanto, es ventajoso elegir un proveedor de tecnología de transporte que no sólo tenga muchos años de experiencia en el campo de los materiales a granel, sino que también pueda recurrir a una amplia cartera de productos. Sólo así podrías, como usuario, estar seguro de que al final estás comprando el mejor producto para la aplicación correspondiente.

Muchos de nuestros clientes ya utilizan un sistema de aire comprimido existente para otras áreas de la empresa. Por lo tanto, la idea es obvia: simplemente tomar de ahí el aire comprimido necesario para la manipulación de materiales, con el fin de evitar más costos de inversión. Sin embargo, es mejor pensarlo dos veces. En mi trabajo de consultoría, nunca he tenido un cliente para el que este modelo funcione eficazmente, y la razón es sencilla: simplemente se subestima el impacto en el balance energético.

Por ejemplo, el cliente necesita 1000 m3 por hora a 0,5 bar para el transporte de material. Pero la red de la planta suele tener un nivel de presión mucho más alto para los demás procesos. Así que, para llegar al nivel de presión más bajo para la red de transporte, simplemente hay que disipar energía: Primero la comprimimos a 6 bares, por ejemplo, y luego la volvemos a liberar.

Exacto, la rapidez con la que se amortiza la inversión depende mucho de las condiciones y requisitos locales, pero en cualquier caso aconsejo hacer un cálculo comparativo. Debe evitarse comprimir primero el aire comprimido y luego volver a liberar literalmente la presión. El efecto sobre los costos energéticos es a veces tan elevado que los clientes suelen gastar entre 5 y 6 veces más energía de la que realmente sería necesaria para los procesos de transporte. Así que, a pesar del precio de compra de un soplador independiente o de una estación de compresión de baja presión, nuestros clientes básicamente hacen funcionar los sistemas de forma más barata. Con un ahorro potencial de cinco dígitos y un corto periodo de amortización. Mi récord personal del cálculo de amortización: 22 días.

¡Muchas gracias por la entrevista Sascha!