Descubra los sistemas apropiados de ahorro de energía adecuados para su sala de compresores
Ahorro de energía industrial para su empresa
La energía es un coste importante para la mayoría de las empresas. Tanto si la necesitan para producir bienes, calentar edificios o enfriar servidores informáticos, accionar máquinas o almacenar datos, la energía suele llevarse la mayor parte de su presupuesto operativo.
Tras décadas de dar por sentado esta energía, las empresas han empezado a utilizarla de forma mucho más responsable en los últimos años.
Por un lado, lo han hecho obteniendo la energía de fuentes renovables, como la energía eólica y la solar. Por otro, han invertido en equipos más eficaces desde el punto de vista energético, y todo ello ha redundado en beneficio tanto del medio ambiente como de sus resultados económicos. Al fin y al cabo, utilizar menos energía significa gastar menos dinero.
Recuperación de la energía: el eterno olvidado para ahorrar a lo grande
Sin embargo, las empresas pueden utilizar la energía de una forma mucho más eficaz que a menudo se pasa por alto: la recuperación de la energía.
Los edificios para uso profesional suelen contener una serie de sistemas que generan calor residual. Por ejemplo, los sistemas de ventilación, calefacción y aire acondicionado, al igual que los sistemas de aire comprimido, suelen convertir gran parte de la energía eléctrica que consumen en calor, que posteriormente se disipa.
Esto supone literalmente la pérdida de una gran cantidad de energía en el aire. Sin embargo, ese calor residual puede capturarse con tecnología de recuperación de la energía y emplearse en aplicaciones como calentadores de agua o calefacción de espacios, limpieza industrial e instalaciones de saneamiento. Además, como permiten recuperar hasta el 94 % del calor generado con la compresión, los sistemas de recuperación de energía ayudan a las empresas a lograr grandes ahorros en costes energéticos.
Sistema de recuperación de calor: aproveche el calor residual
Esto significa que las empresas disponen de innumerables formas de recuperar la energía. Solo tienen que identificar estas oportunidades y aprovecharlas. Para ello, las empresas primero deben averiguar dónde generan calor residual y analizar si esas áreas son adecuadas para la recuperación de la energía.
El calor de proceso se refiere a la energía térmica utilizada para preparar o tratar materiales durante el proceso de fabricación. Este calor representa la mayoría (aproximadamente dos tercios) del consumo final de energía del sector energético europeo. Las temperaturas de este calor de proceso oscilan entre pocos grados de calor añadido, por ejemplo, para calentar espacios, hasta más de 1000 grados, por ejemplo, en los procesos metalúrgicos.
Parte de ese calor se puede recuperar y reutilizar con bastante facilidad, mientras que, en otros casos, hacerlo sería mucho más difícil.
Por ejemplo, puede que no sea posible capturar y reutilizar el calor emitido por los equipos informáticos de una oficina. Sin embargo, sí es posible recuperar el calor generado por un centro de datos grande y utilizarlo para calentar otro edificio o una piscina.
Por lo tanto, teniendo en cuenta las actuales tecnologías para la recuperación de la energía, las empresas deben identificar cuáles son sus procesos y aplicaciones que consumen más energía. Es un buen punto de partida para determinar las posibles oportunidades de recuperación.
Aire comprimido: un objetivo perfecto para la recuperación de energía
Entre ellas deberían estar las aplicaciones de aire comprimido, que son excelentes candidatas para la recuperación de energía. En primer lugar, son abundantes. Aproximadamente el 10 % de toda la energía consumida por el sector industrial se utiliza para comprimir aire.
Durante el proceso de compresión, se genera calor. Ese calor se suele terminar perdiendo como calor residual, aunque podría recuperarse y reutilizarse en otro lugar. Ate cabos y verá fácilmente por qué las aplicaciones de aire comprimido son idóneas para la recuperación de energía.
Dé uso a la energía recuperada de los compresores
Sin embargo, identificar las aplicaciones más adecuadas para la recuperación de energía es solo el primer paso. Si no encontramos un nuevo uso para esa energía, será de poca utilidad.
Afortunadamente, son muchos los usos a los que se puede destinar el calor residual. Entre algunos de ellos se incluyen:
- procesos de producción y refinería,
- depuración y pasteurización de alimentos,
- esterilización de productos farmacéuticos,
- calentamiento de agua y edificios.
Debe tenerse en cuenta que la forma en la que se refrigera un compresor, ya sea por aire o por agua, es la que determina el modo de utilizar su calor residual. El aire residual caliente es más adecuado para algunas de estas aplicaciones, mientras que las aguas residuales calientes lo son para otras.
Como regla general, solo los compresores con una potencia nominal de 30 kW o más deben refrigerarse por agua. De lo contrario, la recuperación de la energía no tendría sentido (todavía) desde un punto de vista económico. Sin embargo, debido al enorme potencial de la tecnología, puede recuperarse hasta el 94 % del calor generado en la compresión. Los sistemas de recuperación de energía se amortizan en tres años o menos.