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Nuestros secadores frigoríficos ofrecen una solución fiable, rentable y sencilla para evitar la condensación y, con ello, la corrosión en sus sistemas
Nuestras gamas de secadores frigoríficos requieren un mantenimiento mínimo, lo que les permite ofrecer el máximo tiempo productivo. Reducimos sus costes operativos mediante menores tiempos de parada.
Nuestros secadores frigoríficos de aire siguen un concepto "plug and play", y resultan muy fáciles de instalar
La eficiencia energética depende de la caída de presión interna y de la energía eléctrica consumida por el secador.
La caída de presión interna es la diferencia que hay entre la presión del aire comprimido en los tubos de entrada y los de salida del secador.
Cuanto menor sea la caída de presión interna del secador frigorífico, menor será la presión que se debe conseguir con el compresor de aire, y menor será la energía que consume el compresor.
Nuestros secadores frigoríficos están diseñados para minimizar la caída de presión y, por lo tanto, tener el menor consumo posible de energía.
Maximice el ahorro de energía desde el primer minuto de funcionamiento con
Los secadores frigoríficos son los más utilizados en la industria y constan de un intercambiador de calor aire-aire y un intercambiador de calor aire-refrigerante. Los intercambiadores de calor eliminan la humedad del aire comprimido mediante la condensación de agua en su interior. Esto es fundamental para proteger los sistemas de aire comprimido y todos los equipos alimentados por el aire comprimido de los efectos nocivos de la humedad.
El criterio más importante es mantener la humedad relativa del aire comprimido por debajo del 50%.
Hay disponibles secadores frigoríficos refrigerados por aire y refrigerados por agua. Básicamente, los secadores enfrían el aire húmedo caliente procedente del compresor y, cuando la temperatura del aire comprimido se reduce, la humedad se condensa y se drena del aire comprimido con la ayuda de un separador de agua de alta eficiencia.
Después, el aire comprimido se vuelve a calentar a temperatura ambiente para que no se forme condensación en el exterior del sistema de tuberías. Este intercambio de calor entre el aire comprimido de entrada y el aire comprimido de salida también reduce la temperatura del aire comprimido de entrada y, por lo tanto, reduce la capacidad de refrigeración necesaria del circuito de refrigerante.