¿Cuándo cambiar el compresor de aire?

Si la instalación de aire comprimido ya no rinde como antes, quizás haya llegado el momento de comprar un nuevo equipo. En este artículo veremos las señales más habituales que nos indican que nuestro compresor ha llegado al final de su vida útil y que, inevitablemente, tendrá que ser sustituido por uno nuevo.  

Uno de los indicadores más claros de que un compresor sufre un problema interno son las paradas por alarma. Es posible que, si el equipo está expuesto a altas temperaturas o condiciones ambientales adversas, los parones se expliquen por el sobrecalentamiento del compresor. Esto es hasta cierto punto normal y se debe sobre todo a la obstrucción de los refrigeradores o los filtros.

Si la parada se resuelve limpiando los refrigeradores y reponiendo los filtros de entrada, no será necesario cambiar de compresor de aire. Bastará con realizar periódicamente las tareas de mantenimiento pertinentes. Si, por el contrario, el problema es más complejo y necesita la atención de un técnico cualificado, la causa podría ser la avería de algún componente vital de la máquina. Entonces el usuario deberá valorar los costes de la reparación y tomar una difícil decisión: arreglar o reemplazar.

Las caídas de presión en la red de aire podrían indicar que hay algún problema con el compresor. Es muy importante comprender las necesidades reales de presión de las herramientas neumáticas y del resto de equipos de la instalación. Son los técnicos de mantenimiento los que mejor pueden detectar las caídas de presión porque estas suelen provocar fallos en el funcionamiento de otras máquinas y defectos en el producto final.

Antes de culpar al compresor de las caídas de presión, conviene comprobar con detenimiento que no hay otros factores influyendo. Por ejemplo: inspeccionar los filtros y comprobar que el cartucho no está saturado; o asegurarse de que las tuberías de aire tienen el diámetro adecuado para la red, no es extraño que los tubos con diámetros pequeños que recorren grandes distancias acaben provocando caídas de presión.

Es importante estudiar con detenimiento la instalación de las tuberías de aire comprimido. Un error podría resultar en caídas de presión.

Si la red de tuberías y los filtros de aire están bien, pero las caídas de presión siguen ahí, podría indicar que la capacidad del compresor ya no es suficiente para las necesidades de la producción. Es posible que se hayan añadidos equipos a la red neumática o que la producción haya aumentado con el tiempo. Si es este el caso, la mejor opción es pedir consejo a un profesional del aire comprimido para cambiar el compresor de aire por uno con mayor capacidad.

Los compresores de aire, como cualquier otra máquina, pueden agotar su ciclo de vida por su antigüedad o por su estado. Si el equipo lleva muchos años en funcionamiento y las averías se producen cada vez con más frecuencia, tarde o temprano habrá que decidir si tiene sentido seguir reparándolo o si, por el contrario, merece la pena invertir en un nuevo equipo más eficiente.

Es frecuente que un simple problema desencadene multitud de averías y que su reparación termine sumando más que el coste de una máquina nueva y fiable. Para tomar la mejor decisión, lo más sensato suele ser solicitar un presupuesto, tanto de la reparación de los equipos antiguos como de la compra de uno nuevo, y valorar los pros y contras de cada opción. 

Cambiar el compresor de aire puede llegar a ser una tarea extenuante. Tomar una buena decisión no es fácil, hay que tener en cuenta las necesidades presentes y futuras de la producción; tendremos que decidirnos por una tecnología de compresión (tornillo, pistón, scroll…); evaluar las necesidades de flujo y de presión del aire comprimido; asegurarnos de que nuestra instalación eléctrica es compatible con un compresor más potente…

Los compresores de pistón son equipos ideales para talleres y para empresas que requieren cantidades moderadas de aire, pero es muy común que, cuando un negocio crece, los pistones no puedan hacer frente a los nuevos requisitos. O que, simplemente, ya no sean apropiados. Porque si se necesita un caudal constante y un equipo compacto, eficiente, fiable y más silencioso, un compresor de tornillo rotativo podría ser mejor opción.

Las empresas comienzan con unas necesidades concretas de aire comprimido y, cuando aumenta la producción, surge la necesidad de cambiar el compresor de aire. Sin embargo, recomendamos entender las diferencias entre los compresores de pistón y los de tornillo antes de tomar una decisión al respecto. Y, como es muy fácil infradimensionar o sobredimensionar el equipo, también te recomendamos pedir consejo profesional.